miércoles, 26 de noviembre de 2014

Luis Suárez: Peligro de gol

Cumplida la sanción, el delantero uruguayo ya luce con la camiseta del Barcelona. El tridente sudamericano con Messi y Neymar está en marcha y él, uno de los goleadores más certeros del mundo, va por más.

Artículo publicado en ESPN Magazine, en noviembre de 2014
El tiempo de Luis Suárez se detuvo el 24 de junio, en Natal, Brasil. Tras la victoria sobre Italia, la FIFA lo sancionó de oficio por morder al zaguero Giorgio Chiellini. Acción confusa, ensayos de defensa, imágenes en cámara lenta, pausadas y repetidas hasta el hartazgo para determinar su accionar antirreglamentario. Y sí, lo había hecho de nuevo. Increíble, pero ya tenía antecedentes en Holanda, donde le había clavado los dientes a Otman Bakal (PSV), y en Inglaterra, donde su víctima fue Branislav Ivanovic (Chelsea).

Lo de Brasil 2014 ocurrió ante el mundo entero y la FIFA descargó todo su peso en el castigo: cuatro meses de inactividad y nueve partidos oficiales de suspensión con la Selección Uruguaya. Así y todo, el Barcelona se centró en su tremenda capacidad goleadora y aceptó prescindir del delantero en el tramo inicial del campeonato español y de la Champions League. El club catalán le pagó 81.250.000 euros al Liverpool para quedarse con El Pistolero, el apodo que se ganó al festejar besándose la punta de los dedos índices y medios, como quien acaba de disparar.

Eso es lo que buscó el Barça, sus disparos. Esos remates con los que anotó 31 goles (ninguno de penal) en la última temporada de la Premier League y se ganó el Botín de Oro europeo, compartido nada menos que con Cristiano Ronaldo.

¿Valía o no valía la pena la espera culé? “Estamos ilusionados, con muchas ganas. Ya teníamos en el plantel muy buenos jugadores, pero con la llegada de Luis se refuerza aún más nuestra delantera y ojalá podamos conseguir nuestro objetivo. Creo que podemos llegar lejos en la Champions”, expresó Lionel Messi.

El destino quiso que el gran clásico español saliera sorteado para la fecha 9, para el sábado 25 de octubre, justo, exacto al día siguiente de cumplir los 4 meses de sanción. Así pudo aparecer en el Bernabéu y debutar oficialmente con el Barcelona. Falto de continuidad, no brilló y los catalanes cayeron 3-1. Pero desde el primer lance mostró que su voracidad va más allá de sus dientes prominentes.

Atrás quedaron esos meses de espera y ansiedad, pero también de tristeza: “Estuve deprimido; tuve días sin ganas de hacer nada pero, como se dice, lo pasado, pisado”, confesó durante el parate. “Entrenar solo no me hacía sentir futbolista. Ahora estoy feliz de nuevo. Pagué el error que cometí, pero sé que me mirarán con lupa”, reconoce el uruguayo.

También quedaron atrás las bromas por un incipiente sobrepeso: “a Luis Suárez nunca lo vi chupadito en el Liverpool pero si queréis le hacemos una liposucción”, retrucó el técnico Luis Enrique, ante los corrillos de la prensa deportiva española. La verdad es que a pesar de los meses sin competencia, no perdió la movilidad, esa que lo hace impredecible ante las zagas adversarias. “No soy un nueve estático, que se quede quieto”, fue lo que dijo en su presentación en Barcelona, y la autodefinición es correcta.

EL DEPREDADOR
Intensidad, presión constante a la línea de defensores, desbordes veloces y presencia aérea son sus señas particulares. Combina la rudeza necesaria para imponerse a los zagueros con una amplia visión del juego, esa que le hace encontrar el hueco donde los demás ven una muralla. Y, por si le faltaba una cualidad a sus dotes goleadoras, no es egoísta: una docena de asistencias en la pasada temporada inglesa son testimonio de la precisión y generosidad de sus pases cerca del arco rival. Todo es positivo, un capital enorme para revivir al Barcelona nostálgico de la máquina que fue al mando de Pep Guardiola. Pero siempre le sobrevuela la fama de conflictivo, esa que además le valió una suspensión de diez jornadas por un nunca comprobado insulto racista a Patrice Evra. “Quiero cambiar mi imagen de chico malo porque no creo que sea como se me ha representado. Me gustaría cambiarlo porque es feo escuchar y leer lo que dicen de tí”, prometió después del Mundial.

Ni villano de película ni víctima de la doble moral de los medios. El uruguayo no busca excusas ni pide más perdones. Tiene claro que si retoma su andanada goleadora con la camiseta barcelonesa, las críticas quedarán en el pasado. “Suárez es un buen muchacho el 99 por ciento del tiempo. En el otro uno por ciento, su deseo de ganar supera todo lo demás”, declaró John Henry, el estadounidense dueño del Liverpool.
El ex entrenador inglés Terry Venables llegó al Barcelona justo cuando Maradona pasó al Napoli, en 1984 y recuerda muy bien lo que es para un plantel perder a su gran figura: “Luis Suárez era para el Liverpool lo mismo que Diego para el Barça. Algunos futbolistas son demasiado buenos para reemplazarlos: existen muy pocos que trabajen duro, inspiren a sus compañeros y sean punteros, pero ellos lo hacen. Combinan el juego de conjunto con la brillantez individual; y eso es lo que marca la diferencia. Merecen toda la gloria por su esfuerzo. Y espero que Suárez haya aprendido la lección de estos meses”.

LUISITO
La vida no se la hizo fácil a Suárez. Nació hace 27 años en Salto, en la margen oriental del río Uruguay. Detrás de esa sonrisa interminable quedaron privaciones y sufrimientos. Los hinchas de Nacional lo recuerdan por su debut en 2005 y su rápida partida al Groningen holandés… hasta que pasó al poderoso Ajax de Ámsterdam. Lo que pocos saben es que estuvo a punto de abandonar el fútbol poco antes de llegar a Primera. Él mismo lo contó: “Tuve una etapa familiar muy dura por la separación de mis padres. Yo pasaba mucho tiempo en la casa de amigos… era muy difícil concentrarse en uno mismo. A los 15 años me puse de novio y mi cabeza se dio vuelta. Me di cuenta lo que era para mí fútbol. Pero cuando Sofía se fue a vivir a España lo dejé de nuevo. Son errores que debo reconocer. Lo importante es que me di cuenta a tiempo de que tenía que concentrarme en este deporte hermoso. Hoy estoy muy feliz… con el fútbol y con Sofía”.


Con el Ajax brilló, fue campeón y goleador. La Selección Uruguaya le abrió las puertas en 2007 y desde entonces no falta su nombre en cada convocatoria. En la Celeste encontró a un padre: Sebastian Abreu. “Desde lo futbolístico le estoy muy agradecido al Loco. Es como él dice: yo soy el hijo futbolístico. Y yo digo que el es mi padre, futbolísticamente. Porque siempre me ha apoyado, siempre he hablado con él, he estado en contacto y aprendí mucho con él cuando llegué a la Primera. Cumplí el sueño de haber jugado con un ídolo, porque para mí es un ídolo”.

Las buenas influencias fueron apuntalando su carrera en los momentos precisos. “Cuando jugaba en las juveniles era egoísta. Era un jugador al que no le gustaba levantar la cabeza. Murmullo (Perdomo) y Wilmar (Cabrera) me enseñaron eso. Cuando subí a Primera, Abreu me aconsejaba que no estuviera tan nervioso, que pensara un poquito más, que yo tengo mucha técnica… Y sí, evolucioné mucho. Los números me están yendo muy bien, je”.

La Celeste sufrirá su falta en la Copa América 2015 y el comienzo de las eliminatorias para Rusia 2018. Pero su compatriota Eugenio Figueredo, que tomó la vicepresidencia de la FIFA tras la muerte de Julio Grondona, busca aliviar el castigo: “Cuando pase un poquito más el tiempo nosotros vamos a tratar de ver políticamente, como atenuar un poco esa pena”.

Lo más duro ya pasó. El tiempo que se detuvo en Natal cerró su paréntesis en Madrid para retomar su transcurso acompasado por los festejos ahora blaugranas. Porque si está Luis Suárez, hay peligro de gol.

LA CARRERA DE LUIS SUÁREZ
Nació el 24 de enero de 1987, en Salto, Uruguay.

Posición: delantero.

Trayectoria: Nacional (2005/06), Groningen (Holanda, 2006/07), Ajax (Holanda, 2007/10), Liverpool (Inglaterra, 2010/14) y Barcelona (España, desde 2014).

Selección Uruguaya: 79 partidos y 41goles.

Títulos: campeonatos uruguayos 2005 y 2005/06 (Nacional), Supercopa de Holanda 2007 (Ajax), Copa de Holanda 2010 (Ajax), Eredivisie holandesa 2011 (Ajax), Copa América 2011 (Selección Uruguaya) y Carling Cup 2012 (Liverpool).

Es el máximo goleador histórico de la selección de Uruguay en partidos reconocidos por la FIFA.

Tiene seis hermanos, de los cuales Paolo es también un futbolista profesional, nacionalizado y naturalizado salvadoreño, que actualmente pertenece al Comunicaciones de Guatemala.

Se casó con Sofía Balbi en 2009 y tiene dos hijos: Delfina (4 años) y Benjamín (1 año).

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